En el vibrante mundo del fútbol, donde todos los flashes quedan en los jugadores y en el campo de juego, existe un grupo de trabajadores que realizan su labor en las sombras pero que es tan esencial como la tarea que se realiza en la cancha. Atlético Tucumán no es la excepción. Utileros, masajistas, empleados de maestranza, médicos, kinesiólogos, nutricionistas, le dan vida a ese detrás de escena del que se conoce muy poco.

Entre estos trabajadores silenciosos destacan nombres como Daniel Mancinelli y Marcelo Albrecht, Mario Quiroga (utileros) y Dante Cortez (masajista) cuya trayectoria y compromiso con el club fueron reconocidos en reiteradas ocasiones. No todos comenzaron directamente en sus puestos actuales, pero casi siempre cumplieron tareas importantes para el "decano". Esa, su propia historia refleja la esencia misma del sacrificio y la perseverancia.

En este relato haremos foco en ellos, quienes serán los representantes de un gran equipo de trabajo en el que todos cumplen sus roles bien marcados. Por caso, Mancinelli comenzó como sereno, luego fue maestranza y finalmente en 1998 llegó a la utilería. Por su parte, Marcelo recuerda que empezó a colaborar con el "decano" a los 16 años y en el torneo Argentino A. "Era chiquito, andaba en la camioneta de mi papá, lo buscaba a ´Dani´ y a Usandivares íbamos a UTA, Parque Guillermina, La Fabrica, Sionistas, ADPUT, entrenábamos en diferentes lugares; en ese entonces no era empleado de Atlético, después en el 2009 entré como portero del complejo", remarcó.

Mario Quiroga, por su parte, hace 35 años está ligado al "decano" y pasó por la utilería de todas las categorías del "decano". "Es una responsabilidad muy linda, somos los primeros en llegar y los últimos en irnos. Si el equipo entrena a las 8, nosotros a las 6 ya estamos en el club y nos vamos mas o menos tres horas después que termina la práctica", aclara.

A CEPILLAR. Marcelo Albrecht con los botines y el cepillo. Esa tarea se debe realizar todos los días. Foto: LA GACETA / Analía Jaramillo

La tarea de ellos es simple: facilitar la tarea de los jugadores, que sólo deben concentrarse exclusivamente en dar lo mejor de sí en cada entrenamiento y luego en la cancha. Desde la meticulosa organización de la indumentaria hasta estar alerta ante cualquier necesidad durante los ensayos, su labor es incansable y vital.

En este día del trabajador, los utileros del Atlético alzaron su voz en un coro de unidad y reconocimiento hacia todos aquellos que, como ellos, trabajan incansablemente en las sombras del escenario futbolístico. Conscientes del sacrificio y la dedicación que su labor demanda, también encuentran tiempo para celebrar y valorar el espíritu de camaradería que los une en su búsqueda colectiva de la excelencia, sin importar los clubes en los que se trabaja.

Cortez, por su parte, es masajista del plantel profesional desde la época del Argentino A: "cuando llegué con Jorge Solari, Atlético era muy diferente a lo que es hoy; tuve la suerte de vivir los mejores momentos del club", explicó Dante, que desde que llegó al club, todas las piernas y brazos de los futbolistas pasaron por sus manos "mágicas".

EN ACCIÓN.

"Hemos pasado tiempos difíciles, sí, pero ahí uno se apoya en la fortaleza del grupo, tanto de jugadores, de cuerpo técnico y como los auxiliares. Tenemos un grupo de trabajo muy unido y eso es fundamental, nos apoyamos entre todos, somos parte de Atlético y estamos orgullosos, por eso cumplimos nuestra función y más", remarcó Cortez.

HAY EQUIPO. Kinesiologos, masajistas, empleados y el nutricionista posan para la foto grupal. Foto: LA GACETA / Analía Jaramillo.

En el saludo a los trabajadores por su día, "Cachito", como lo conocen todos en el mundo "decano", dejó una reflexión: "Duele que llegue esta fecha y que haya mucha gente que esté quedando sin trabajo, duele mucho, porque uno también la pasó. Mi mensaje es que se fortalezcan en la familia, que eso es lo que ayuda y que no se pierda nunca la esperanza de encontrar otra salida laboral. Comprendo la situación de ellos y solo les pido que se apoyen muchos también en Dios, en la Virgen, que eso les va a dar fuerza para seguir adelante. La esperanza es lo último que se pierde", finalizó el masajista.